01 agosto, 2016

Crítica "La casa de las bellas durmientes" de Yasunari Kawabata


Título:
La casa de las bellas durmientes
Autor: Yasunari Kawabata
ISBN: 978-84-96580-79-4
Páginas: 128
Me imagino al viejo Yasunari, a sus 63 años recién cumplidos, viendo publicada su novela número diez, Nemeru Bijo o La casa de las bellas durmientes, con esa mirada perdida vestida de nostalgia que se cuela a través del humo que poco a poco consume un cigarro atrapado entre sus dedos de escritor. Me lo imagino así porque La casa de las bellas durmientes tiene un toque de balance de vida, de mirada hacia atrás en ese punto de la existencia donde intuyes que no queda mucho futuro por vivir.

Hay mucho de autobiográfico en esta obra de Yasunari Kawabata (14 de junio 1899, Osaka-Japón-16 abril 1972, Zushi-Japón). Sin ser su obra más notable (gozaron de más fama País de nieve o La bailarina de Izu, por ejemplo), La casa de las bellas durmientes fue dada a conocer gracias a unas declaraciones de Gabriel García Márquez en las que dijo que era la única obra japonesa que le hubiera gustado escribir. La leyó veinte años después de haber sido publicada, y sirvió de inspiración, no solo para su obra Memoria de mis putas tristes (2004) sino también para encontrar ciertas pistas sobre el comportamiento sexual en los ancianos a la hora de escribir El amor en lostiempos del cólera (1985) e incluso para su pequeño cuento El avión de la bella durmiente (leer aquí) incluido en su obra Doce cuentos peregrinos (1992), y en el cual hace clara referencia a la obra de Yasunari.

También sirvió de inspiración a una película australiana del año 2011, Sleeping Beauty, escrita y dirigida por Julia Leigh, que al parecer pasó con mucha más pena que gloria por algunos festivales como Cannes o Sitges.

Sinopsis:
Yasunari Kawabata (foto de Google Images)

El viejo Eguchi, a través de su amigo Kiga, conoce de la existencia de una casa donde acudir a yacer al lado de mujeres jóvenes y vírgenes, que están profundamente dormidas gracias a una droga que les suministra la mujer que regenta la casa. Eguchi acude allí en cinco ocasiones a lo largo de la obra, siempre para dormir al lado de una chica diferente cada noche, salvo en el último capítulo en cuyo caso duerme con dos a la vez. Seis chicas a las cuales Eguchi “no debía hacer nada de mal gusto”, según las normas impuestas por la señora que regenta la posada.

La casa de las bellas durmientes yo lo percibo como un libro críptico, que nos habla más del autor de lo que pudiera parecer. La edad del anciano Eguchi (67 años), está muy próxima a la del autor cuando publica la obra (62). El escritor padecía de un insomnio crónico por lo que es probable que ese personaje que acude cada noche a dormir profundamente al lado de una chica joven de piel cálida, pueda ser una expresión literaria de sus propios deseos. Incluso, en el capítulo final, uno de los recuerdos que le asalta es el de la muerte de su madre, que muere de tuberculosis. El padre (no la madre) de Kawabata, muere de tuberculosis. Yo, como no creo en las casualidades, veo similitudes, y las hay, no me cabe la menor duda.

Luego está lo otro, lo referente a de qué nos habla Yasunari en su libro. Cada chica tiene algo, un labio que tiñe, una piel que roza, olores distintos, sobre todo olores. Todo en el libro es sensación, sensualidad, sexualidad. A través de esas sensaciones hay conexiones con recuerdos y vivencias, cuentas pendientes, caminos no recorridos, quién sabe si por miedo a no haberlos recorrido, lo cual es el germen mismo del arrepentimiento. Todos estos miedos son los que juegan en contra del sueño plácido, porque dormir, para quien tiene cuentas pendientes, es enfrentarse a los miedos:

…”la noche ofrece sapos, perros negros y cadáveres de ahogados”. Era un verso que Eguchi no podía olvidar. Al recordarlo ahora se preguntó si la mujer dormida –no, narcotizada- de la habitación contigua podría ser como el cadáver de un ahogado, y vaciló un poco en acudir a su lado…

El estilo de escritura de Yasunari es diáfano, un estilo poco recargado pero que a su vez deja rastros pleno de sensaciones en el lector. Esto lo logra a través de su carácter descriptivo y también desde ese establecimiento de conexiones imagen-recuerdo-sentido. Hay imágenes que siempre están presentes, en cada capítulo sin excepción, como para no dejar escapar al lector de esas cuatro paredes: el color y la luz de las cortinas que tiñen de rojo la habitación no es casual, se trata de una permanente conexión con la muerte. El té, que muchas veces toma reposado, algo frío, para luego entrar en calor con la manta eléctrica, salvo en el último capítulo que lo toma caliente (tampoco es casual), y ese romper olas contra el acantilado, que golpean tanto más fuerte cuanto más fuerte late su corazón y el de las chicas cuando se agitan en su sueño. La secuencia de capítulos es secuencia de vida, desde los recuerdos de olor a leche que le trae la primera de las chicas al recuerdo de la muerte de su madre en el último de los capítulos. En medio, la boda de su hija o los recuerdos de sus infidelidades. Un juicio a su vida en toda regla.

Por eso cala tanto su escritura y nos invita a acudir con él cada noche, a la casa de las bellas durmientes, a intentar conciliar el sueño.

Crítica: +Miguel Angel Brito 

27 julio, 2016

¿Qué hacemos en agosto?

Ya lo hicimos el año pasado. Darnos un respiro.


Foto de Ryan McGuire
Así que proponemos que este mes de Agosto de 2016 lo empleemos en leer lo que nos apetezca de forma individual. Y así compartir las lecturas que pensamos hacer y aquellas que recomendamos para leer de forma conjunta con el resto de socios a nuestra vuelta de Septiembre. ¿Qué les parece?

Así que nos quedada la siguiente tarea:



  • Compartir aquello que pensamos leer o leamos en Agosto, para que sea una de las propuesta de lectura para Septiembre.
  • Y ser felices.
P.D. Dejar las propuestas en los comentarios.

30 junio, 2016

Crítica: "Los besos en el pan" de Almudena Grandes

Contra la crisis, más barrio
Son muchos los seguidores de la obra de Almudena Grandes (Madrid, 1960), que esperaban ansiosos una nueva entrega de los Episodios de una guerra interminable, y que se han llevado un sorpresa con la publicación de Los besos en el pan, una historia de rabiosa actualidad, con un atractivo título, que hace referencia a los años del hambre en la posguerra.
  • Editorial: TUSQUETS EDITORES
  • ISBN: 9788490661918
  • Nº de páginas: 336 págs.
En un contexto de crisis y desigualdad que afecta a la sociedad española, en particular a sus clases medias y bajas, no ha dejado la autora, siempre comprometida en sus columnas de prensa y radio, ceder al desafío de novelar la situación crítica que está tolerando el país. Un barrio de Madrid, un barrio como tantos otros de cualquier ciudad española, sirve de escenario para situar la acción. Los vecinos de este barrio sufren y conviven con hechos y enredos cotidianos bien conocidos por el lector, ya que se trata de historias muy cercanas.
Estos vecinos, por supuesto, enterados de la situación económica que atravesaba el mundo occidental, y en particular su país, no fueron, sin embargo, conscientes de que ellos también podían verse agredidos en su día a día por la crisis. Será por el temperamento optimista y por un cierto grado de indolencia del español, el caso es que no fueron capaces de intuir que en un futuro cercano, podían verse afectados.

La culpable de tantas apreturas es la casa con jardín que se compraron en la costa hace tres años, cuando la crisis parecía un anuncio de una película de catástrofes y el director de la sucursal bancaria les ofrecía una hipoteca sin límites, os doy un poco más para la obra, ponemos otro poco más para los muebles, ¿y el seguro?, ¿y la alarma?, ¿y una piscina no vais a hacer? Pero les hacía tanta ilusión…
Una vez disfrutadas las vacaciones estivales, a primeros de septiembre, el barrio recupera su actividad habitual; sin embargo, varios de sus vecinos reciben noticias intranquilizadoras, noticias de posibles cierres patronales, de posibles reestructuraciones, de posibles eres o de posibles bajadas de sueldo, noticias que generan preocupaciones, y entonces sí, entonces empiezan a ser conscientes del impacto que la crisis puede ocasionarles. 
El barrio, como centro neurálgico de vivencias y actividades, también se ve afectado; en mayor o menor medida, sus vecinos se sienten agredidos por

Lectura de Julio: "La casa de las bellas durmientes" de Yasunari Kawabata

De las 9 propuestas existentes de lectura para este mes de julio ha sido elegida:

del Premio Nobel  Yasunari Kawabata



Sinopsis:
Comienza con la visita del viejo Eguchi a una casa secreta gobernada por una mujer ordinaria y práctica que, al final, como él mismo, revelará su esencia inhumana. En ese burdel, el protagonista, de sesenta y siete años, pasa varias noches junto a los cuerpos de jóvenes vírgenes narcotizadas. A la vez que admira el esplendor de las figuras dormidas, rememora su relación con las mujeres: su esposa, su madre, su amante, sus hijas…

Erotismo, lujuria masculina, vejez y violencia se entretejen en esta fulgurante novela breve que amalgama, como es típico en la obra del Premio Nobel de Literatura, motivos tradicionales de la estética japonesa con temas modernos en ambientes casi irreales. Magnífica pero profundamente perturbadora, La casa de las bellas durmientes es una escalofriante meditación sobre la sexualidad y la muerte.

24 junio, 2016

Propuestas de lectura para julio 2016


Éstas son las propuestas de lectura para Julio 2016, a la espera de la votación de los socios hasta el 30 de junio.
  • A la izquierda, con tu voto, podrás elegir la lectura de uno de estos libros propuestos.
  • Pasando el cursor sobre cada portada obtendrás la SINOPSIS de cada libro.
"DÍAS CONTADOS" JUAN MADRID
"Días contados" 
de Juan Madrid.


"El Cartero siempre llama dos veces"  de James M. Cain
"El Cartero siempre llama dos veces"
de James M. Cain


"Memorias de unos ojos pintados" 
de Lluis Llach

"La luz que no puedes ver"  de Anthony Doerr.
"La luz que no puedes ver" 
de Anthony Doerr.

SINOPSIS: En los albores de la Gran Guerra, el teniente Anton Hofmiller recibe una invitación para acudir al castillo del magnate húngaro Lajos von Kekesfalva, cuya hija, que sufre parálisis crónica, se enamora del joven oficial. Hofmiller, que sólo siente compasión por la joven Edith, decidirá ocultar sus verdaderos sentimientos y le hará tener esperanzas en una pronta recuperación. Llega incluso a prometerse con ella, pero no reconoce su noviazgo en público. Como un criminal en la oscuridad, Hofmiller se refugiará en la guerra, de donde regresará como un auténtico héroe. La impaciencia del corazón—hasta ahora conocida entre nosotros como La piedad peligrosa—es sin duda uno de los mejores libros de Zweig, un sobrecogedor retrato de la insondable naturaleza humana que atrapará al lector desde la primera página.
“La impaciencia del corazón “ 
de Stefan Zweig

"La casa de las bellas durmientes"  de Yasunari Kawabata

21 junio, 2016

Buscamos propuestas de lectura para Julio


¿Qué novela nos propones para leer en Julio?


Estamos buscando, con tu ayuda, una buena novela para leer en mayo.
Buscamos literatura estimulante, diferente, acercarnos a nuevos autores... 

Este mes entran directamente por quedar finalistas del mes anterior:
Deja tu propuesta en los comentarios
Plazo de propuestas hasta 24 de abril.

01 junio, 2016

Crítica "La víspera de casi todo" de Víctor del Árbol

"No solía nevar tan cerca del mar. Pero aquella nevada de diez años atrás fue antológica. Los niños y los adultos de Punta Caliente amontonaban la nieve recién caída como si quisieran acapararla para llevársela a casa".


Fue entonces, hace diez años, cuando cayó aquella terrible nevada a orillas del mar, cuando tal vez empezó todo. O empezó una parte. O quizás fue antes, en los años cincuenta, cuando una pareja argentina emigró a Alemania. O años después, cuando volvió de nuevo a la Argentina para encontrarse con la traición y el destino.

No lo sabemos, pero para el inspector Germinal Ibarra todo pudo haber comenzado en Málaga en el verano de 2007, cuando tuvo que investigar la desaparición de Amanda, una niña de diez años a la que terminó por encontrar muerta y violada y cuando, preso de la rabia y la impotencia, mató a su asesino a golpes de pistola
 "Sacó la Beretta y golpeó con la culata al hombrecillo en la cabeza. Una, dos, tres, cinco veces consecutivas… pero la rabia no aflojaba. Así que siguió golpeándolo una y otra vez, con saña, como si se tratara de una venganza. No pensaba ya en esa niña asesinada. Pensaba en otro niño, en otro lugar y en otro tiempo. Un tiempo lejano pero que lo atormentaba cada día de su vida". 

Pudo haber comenzado entonces, pero en realidad empezó mucho antes, en un bosque gallego cuando el ahora inspector no era más que un niño, también de diez años, también asesinado y herido y renacido del dolor para volver a recaer en él tantos años después.

Para Germinal Ibarra todo pudo terminar esta madrugada del 20 de agosto de 2010 en que, como tantas otras noches, 
"abre la boca y abraza el estremecimiento que provoca el metal al entrar en contacto con la lengua. Muerde el cañón para que no tiemble e inclina la mano que sujeta el arma. Un disparo, un fulgor y el fundido al negro".

Pero, también ésta, como todas las noches, acaba por soltar la pistola e increparse a sí mismo su cobardía.

Ahora Germinal Ibarra lleva tres años en una comisaría de A Coruña a donde pidió el traslado tras el caso de Amanda.



Faro de Punta Nariga. Costa da Morte 
La novela sigue una técnica similar a la de otra que reseñé hace poco, "La luz que no puedes ver" de Anthony Doerr. En unos capítulos se va narrando el presente que transcurre todo en una noche, la del 20 de agosto de 2010. En otros, se cuentan unos hechos que comenzaron tres meses antes, a principios de junio en Punta Caliente, un pueblo de la Costa da morte, y que, poco a poco, irán avanzando hasta llegar al amanecer de dicho viernes 20 de agosto. La distribución de dichos capítulos es aquí más aleatoria que en la novela de Doerr donde se alternaban rigurosamente.

Los acontecimientos de Junio nada tienen que ver, en apariencia, con